Cómo hacer pavo trufado. Receta paso a paso.
Esto de los excesos quizás tenían sentido antes, cuando nuestra dieta diaria dependía de la estacionalidad y la escasa distribución de los productos alimentarios, hoy con el alto nivel de consumo en el que estamos inmersos y la explosión de la industria alimentaria a todos los niveles, podemos si tenemos la suficiente economía hacer una navidad todos los días del año. aún así nos dejamos arrastrar un poco por las tradiciones y un poco por el bombardeo de la sociedad de consumo y en estas fechas nos atiborramos de comidas y bebidas.
Le hacía ilusión que esa mañana desayunáramos con el pavo trufado que había preparado su madre para la cena de nochebuena...
Tan solo conocía el fiambre de pavo trufado industrial que vendían en unas latas cuadradas o en unos rulos en los primeros supermercados de la zona, que para nada tiene que ver con lo que hoy nos ocupa, con esta exquisitez.
Entonces empece a decirle a mi amigo Gonzalo que le preguntara a su madre como podía yo hacerlo, pero ni corta ni perezosa me puse a pensar y lo primera conclusión fue la de hacer un saco con una tela blanca de algodón para meter todo el contenido, el segundo paso era adivinar que ingredientes tenía que seleccionar para que me saliera un pavo trufado parecido al suyo, como este que no me parecía fácil porque la madre de mi amigo tenía la receta muy depurada, lo hacía de toda la vida de tradición familiar. Hay que decir también que esta señora es de Sevilla y por lo que he podido saber esta manera de hacer el pavo trufado es un clásico en la cocina sevillana mas exquisita.
Empecé poco a poco a ir calculando la cantidad y las proporciones de cada ingrediente, el tiempo de cocción y lo más importante, conseguir el prensado de la pieza, (porque yo no dispongo de prensa), para cortarlo con el cuchillo en lonchas lo más fina posible sin que se partiera porque tampoco utilizo cortafiambres.
Me preguntó qué como no lo hacia metiéndolo en su propia piel, me dijo que ella le quitaba al pollo la piel de una sola pieza y le cosía las aberturas de las alas, los muslos, el culo y la espalda formando una bolsa o saco dejando tan solo abierta la del cuello para meter el preparado, cosiéndolo después, dejándolo completamente cerrado para que conservara todo el jugo en su interior. Le dije que no, que lo hacía metiendo el relleno directamente en el saquito de tela que era como lo hacía la madre de Gonzalo.
Decidí que para el año siguiente lo haría metido en su piel, estaba dispuesta a mejorar la receta todo lo que estuviera a mi alcance.
Al cabo de los años Gonzalo por fin me trajo la receta de su madre, que por cierto ya no hacía por su avanzada edad. Pasó algún tiempo y un día me comentó que sus hermanas habían tomado el relevo y para que no se perdiera la tradición se pusieron con las manos en la masa a meter mano en la cocina de nuevo porque lo echaban de menos en la mesa el día de nochebuena.
Con el paso del tiempo he depurando la receta original, añadiéndole pan tostado rallado y también piñones, de los que van cayendo de mi pino y voy recogiendo, partiendo y guardando en un frasco de cristal desde el verano hasta este momento, porque aparte de que son muy caros los que venden envasados en los supermercados, no huelen ni saben a nada, no tienen nada que ver con los de mi pino que cuando abro el bote desprende aroma a resina, y aporta de verdad sabor al pavo trufado.
Y unido a la incorporación de la fabricación del saco con la piel del pavo, que aunque se hace más entretenido, la elaboración de la receta queda perfecta, la piel crea una película de grasa conservando el pavo jugoso, superando en lo que respecta al envoltorio la receta originaria.
Otra buena ventaja es que normalmente se hace una pieza grande para degustar durante casi todas las fiestas, o para regalar a los amigos como una aportación exquisita a su cena de navidad.
Compramos un pavo y si es una pava mejor todavía porque es más jugosa, del tamaño que necesitemos dependiendo de la cantidad que queremos hacer, yo he comprado uno de casi siete kilos que cuando le he quitado las halas (que he reservado para hacer el caldo o sopa) he seguido con el cuello o pescuezo hasta la espina dorsal junto con el caparazón y los huesos de los muslos y contramuslos, es muy probable que no llegue a cuatro kilos, si nos parece mucha cantidad siempre podemos dejar algún trozo sin utilizar para consumirlo otro día. Yo le he dicho a mi carnicero que le quitara la piel entera, que le sacara las pechugas limpias (si me parece mucho puedo hacer unos filetitos con lo que sobre) y le cortara el espinazo (que emplearemos en la cocción), vosotros si os queréis ahorrar trabajo y tiempo le podéis decir que le saque el hueso a los muslos y contramuslos.
Sin más dilación comenzamos. Si lo puedo hacer yo, seguro que a vosotros os saldrá mejor todavía. Os dejo con la receta paso a paso de pavo trufado, para que os animéis a hacerla conmigo.
- 1 pavo entero.
- 1 kilo de carne picada de ternera y medio de cerdo.
- 250 gr. de jamón serrano.
- 8 huevos gordos.
- 3 botes de trufas.
- 1 vaso de brandy.
- 1 copa de oloroso.
- 50 gr. de piñones.
- 5 cucharadas de pan rallado.
- 3 láminas de gelatina.
- Pimienta negra.
- Sal.
PARA EL CALDO
- 2 huesos de jamón hermosos.
- Los huesos del despiece del pavo.
- 2 zanahorias gorditas.
- 1 puerro.
- 1 cebolla.
- 2 pencas de apio.
- Sal.
- Una bolsa de brotes tiernos.
- Lombarda un trocito.
- 1 zanahoria pequeña.
- Medio aguacate.
- 5 tomates cherry.
- 5 dátiles.
- Un trozo de tela blanca de algodón de 60 centímetros por 25 cm.
- Hilo blanco de algodón.
- Aguja y dedal.
Compramos un pavo entero y le decimos al carnicero que le quite la piel de una sola pieza para hacer un saco con ella en donde meteremos todo los ingredientes picado y mezclado.
Cortamos las trufas en laminas finas y vertemos el jugo sobre ellas, picamos el jamón, reservamos.
Deshuesamos la pechuga y cortamos en trocitos.
Deshuesamos el muslo con el contramuslo, le quitamos los cartílagos y los nervios, fileteamos muslo y contramuslo.
Mezclamos el pavo troceado y reservamos.
Deshuesamos la otra pechuga y el otro muslo con el contramuslo, le quitamos nervios y cartílagos dejando la carne completamente limpia, cortamos en trozos y "picamos" no trituramos, en un robot o a mano, yo voy a utilizar la thermomix
Utilizaremos una cacerola grande para poner a macerar todos los ingredientes; en primer lugar metemos el pavo cortado en trocitos y el picado en la thermomix, añadimos la carne picada, el pan rallado, el jamón, las trufas, los huevos, el vaso de brandy y la copa de oloroso, un buen puñado de sal y pimienta negra en abundancia recién molida.
Mezclamos todo bien con las manos, agregamos los piñones mezclamos y dejamos macerando toda la noche.
A continuación cosemos la piel del pavo y hacemos un saco para meter todo el preparado. Yo empiezo cosiendo por las aberturas de las patas y sigo con el culo, a continuación si la piel tiene algún corte pequeño que le haya hecho el carnicero al deshuesarlo, también lo coso porque tiene que quedar todo cosido para que no se le salga el jugo por ningún agujero, el siguiente paso es el de coser los cortes de las alas, pasamos a coser el corte que le hace el carnicero en la espalda para poder desprender la piel de la carne y quitarla de una pieza, dejando solo la abertura del cuello para rellenarlo que es suficiente porque es bastante grande.
Cogemos el saco que hemos hecho con el pellejo de piel y lo primero que hacemos es meter la mano y coger la piel que cuelga de un muslo y darle la vuelta para dentro como si fuera un calcetín, hacemos lo mismo con la piel del otro muslo y dejamos extendidas una sobre la otra en el fondo para que nos sirva de base y le de más consistencia al saco. Empezamos a meter el relleno y vamos presionando poco a poco para que quede el menos aire posible.
Seguimos rellenando y prensando.
Cuando tengamos todo el preparado dentro, presionamos bien el relleno para prensarlo y que salga todo el aire posible.
Cosemos cogiendo bastante piel para que no se raje al tirar del hilo.
Terminamos de coser la abertura que hemos dejado para rellenarlo y revisamos que no quede ningún agujerito para que retenga todo el jugo en el interior.
Metemos bien hasta el fondo en el saco de tela. La medida del saco de tela es muy importante. La bolsa del pavo tiene que entrar presionada.
Una vez el pavo dentro del saco, lo cogemos por la tela sobrante y sacudimos como si fuera una almohada para que llegue y se llene hasta el fondo.
Enhebramos la aguja con un hilo largo y doble. Sujetamos las dos telas estiradas, prensando y presionando, vamos cosiendo el saco.
Lo cosemos bien fuerte para que no se suelte para que conserve todo su jugo.
Colocamos la pieza en una olla grande, ponemos un hueso de jamón en cada lado, los huesos del despiece del pavo, agregamos las verduras limpias, peladas y cortadas en trozos, cubrimos de agua, agregamos un puñado de sal y tapamos, cuando empiece a hervir bajamos el fuego y mantenemos 1 hora por kilo. Yo lo voy a tener 4 horas al fuego porque la pieza pesa unos 4 kilos. Le damos la vuelta cuando haya pasado la mitad del tiempo aproximadamente.
Sacamos de la olla la pieza de pavo trufado caliente y colocamos en una fuente plana con bordes para que no se desrame el jugo que desprenderá con la prensa.
Colocaremos bastante peso encima. He puesto una piedra de asar una placa de hierro, pesas y dos botes de miel de dos kilos en total 17 kilos
Colamos el caldo colado de la cocción del pavo y lo ponemos al fuego.
Ponemos en agua 3 láminas de gelatina durante 5 minutos.
Escurrimos las láminas sobre un trapo limpio.
Cuando el caldo empiece a hervir agregamos la gelatina, movemos hasta que se disuelvan.
Vertemos la gelatina en moldes y cuando estén fríos guardamos en el frigorifico.
Cuando esté el pavo frío lo metemos en el frigorífico y le mantenemos el peso que podamos.
Sacamos la pieza de pavo de la fuente y le quitamos la gelatina con un cuchillo.
Cortamos con una tijera la tela del saco sin cortar la piel del pavo.
Estoy cortando la pieza más o menos por la mitad, una para guardarla bien envasada para consumir dentro de unos días, y la otra mitad para la cena, como somos muchos creo que nos lo comeremos y si sobra algo seguro que será poco.
Os aconsejo que cortéis la pieza del tamaño más o menos que vayáis a consumir en ese momento, el resto bien envasado con bastante film transparente para hacerle el vacío, para evitar que le entre aire y conserve todo su aroma.
Utilizamos el cuchillo jamonero para el loncheado.
Cortamos las lonchas que vayamos a consumir en ese momento. Reservamos en un plato.
Cortamos muy pequeñita las verduras y los dátiles para la ensalada.
Añadimos algunas hojas de lechuga baby y aliñamos con sal vinagre y aceite de oliva virgen extra.
O aliñamos las verduritas con dátiles y dejamos las hojas de lechuga para montar el plato.
Y sencillamente colocar las lonchas encima.
Para una ocasión como esta es más elegante montar platos individuales.
Si somos pocos comensales es cómodo llevar a la mesa los platos ya montados. Colocamos unas lonchas no muy gordas, un molde pequeño de gelatina, sobre un extremo colocamos unas hojas tiernas y sobre ellas un par de cucharas de verduritas aliñadas.
Otra manera cuando somos muchos para sentarnos en la mesa es preparar una fuente grande y cuadrada. Presentación: he colocado en un lado las hojas verdes y en el otro las moradas, sobre los tallos la ensalada de verduritas con los dátiles, en el centro las lonchas de pavo y en cada extremo trocitos de gelatina.
Un plato ¡exquisito! acompañado de una copa de cava. Ideal para una rica cena entre amigos. Esta noche el pavo trufado es el protagonista.
¡Y qué os voy a decir! para el desayuno sobre una rebanada de pan moreno tostado y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.
¡Animaros! que os garantizo que no os defraudará.
Impresionante el trabajazo.
ResponderEliminarY como corría el gallo con el cuello a la virulé, ji, ji.
Voy a portarme bien a ver si me toca una tajaita de ese pavo trufao.
Las que he echo están muy ricas, pero cocina de Ávila (que no se si es tu caso, porque están mezcladas las carnes y no sabes cuales son las típicas o no), hay poquísimas de personas que viven allí (o han vivido), y me niego a pensar que sólo hay un mínimo irrisoria de recetas de Avila.
ResponderEliminarUn saludo